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lunes, 10 de agosto de 2020

VIENTO NEGRO




En la historia del cine mexicano podemos encontrar varias cintas que están a un nivel de producción internacional que la verdad sí sorprenden. Estas películas podrían hasta confundirse con cine italiano, francés, español hasta hollywoodense; sorprenden porque en México estamos acostumbrados ver películas que, aunque poseen grandes actuaciones, contando historias importantes, no alcanzan la complejidad narrativa, técnica, logística, de iluminación, fotográfica, diseño de producción, entre otros rubros, que resulta gratificante pero lógico que se hayan reconocido nacional e internacionalmente. Se las voy a ir contando poco a poco de hoy en adelante.



VIENTO NEGRO. Película de 1965 cuyo hilo conductor es Manuel Iglesias (David Reynoso), comisionado por parte del gobierno para reclutar, coordinar y administrar a todo el personal a cargo de la construcción de las vías del ferrocarril a la altura de Altar, Sonora, una zona de altísimo riesgo por las inclemencias del tiempo, ya que se trata del desierto mexicano, cuyos paisajes de dunas recuerdan mucho al desierto africano de Sahara, por ello es que trabajar en esa parte del país resulta peligroso por sus altas y bajas temperaturas, la lejanía con cualquier contacto de civilización, el no poder ni siquiera desertar porque no hay a dónde ir sin dinero, sin agua, sin alimento, es una especie de prisión a la intemperie.



Manuel es una persona dura, estricta, exigente, de pocas palabras, que se enfurece por cualquier cosa, podría decirse que tiene el corazón de piedra, es amargado, quien no lo conoce podría calificarlo de ogro. Pero quienes sí lo conocen, por ejemplo, su mejor amigo, Lorenzo (José Elías Moreno) saben que es una persona leal, bondadosa, tierna, de alma blanca, todo eso escondido bajo esa coraza monstruosa.



Sucede que Manuel, en realidad es una persona muy sensible, tanto, que le ha dolido las burlas hacia su origen, hacia su físico, o hacia su oficio, tanto es el dolor que las cicatrices en el alma que ha acumulado se ha convertido en traumas psicológicas, es por eso que reacciona de manera violenta. Por ejemplo, no soporta que le llamen Mayor, o que su esposa se avergüence de sus manos callosas, la mujer le ha metido la culpa que su hijo podría ser igual que él: un hombre sin cultura, sin una profesión, ser un simple obrero, por ello es que con su vástago siempre se comportó frío, distante y estricto, siendo que es su adoración.



Como verán toda esta profunda carga emocional en la historia, se va permeando a través de las otras historias paralelas que corren con los trabajadores en las vías, el Ulalio, el indio Yaqui; Jorge, su hijo quien consigue un puesto de ingeniero topógrafo en la obra; Lorenzo, su amigo que anhela conquistar a una prostituta para casarse con ella; el grupo de prostitutas que llevan el entretenimiento en medio del desierto y hacer negocio de su soledad y de la falta de las figuras femeninas en la obra; hasta el niño Juanjo, de 6 o 7 años, quien vive una tragedia y queda solito en medio de tanto gañán.

Vemos como todos ellos además de todo esto se enfrentan al calor insoportable, ese calor asesino, al frío que congela hasta el tuétano, el VIENTO NEGRO que sepulta las vías, las chozas, a la gente con su arena espesa, descarrilamientos, entre otros problemas sociales. Ese es el punto también de esta historia, porque se trata de un análisis de comportamiento social cuando un grupo de seres se encuentran en aislamiento en condiciones extremas.



Ahora a todo esto se ilustra de manera extraordinaria con la fotografía espectacular del desierto, que a pese que la película es en blanco y negro, sí se percibe el infierno, la colocación de la cámara es de manera tal que se alcanza a capturar las emociones reflejadas en la mirada de los personajes. Parece de pronto un western estadounidense pero al mismo tiempo un drama italiano.



Esta película de esas imperdibles que por cultura general debemos ver todos. Son de esas que te hacen vibrar, pensar y platicar con todo mundo.



VIENTO NEGRO

Director: Salvador González

Guión: Rafael García Travesi, Mario Martini y Salvador González

Con: David Reynoso, José Elías Moreno, Enrique Lizalde, Jorge Martínez de Hoyos

Fotografía: Alex Phillips, Agustín Jiménez

México, 1965

en español, drama

127 min


jueves, 20 de junio de 2019

SOLTERAS (Por Abel Olivares R)





Por Abel Olivares R
Facebook: Al Cine Con Dolly Freim
Twitter: @abel_oratap

Seguimos con la tendencia de las comedias románticas en el cine mexicano comercial, con los factores hollywoodenses: mujer joven en aprietos, con un atorón emocional, que en apariencia todo el mundo le juega en su contra, pero al final se levanta y sigue con la frente en alto, por supuesto, todo esto a la usanza mexicana.

Sin embargo, Solteras, dirigida por Luis Javier Henaine (Tiempos Felices, 2014), es otra de tantas películas sobre todo mexicanas, cuya idea es atractiva pero no está bien ejecutada. Para empezar, no debería llamarse “Solteras” sino “Soltera”, en singular, porque la historia en realidad se centra en Ana (Cassandra Ciangherotti, Las Horas Contigo, 2015).



Ana es una mujer que tiene muy mala suerte con los hombres, después de siete años, su novio Gabriel (Pablo Cruz, El Hotel de los Secretos, 2016), la terminó y Ana no puede sobreponerse ¿o no quiere? Ella observa a su alrededor para percibir que todo mundo está feliz con su pareja: sus papás celebrando 35 años de matrimonio, su hermana Julia (Diana Bovio, Mirreyes contra Godínez, 2019) casada con Emilio (Andrés Almeida, Los Héroes del Norte, 2010), hasta su prima, la más gris y sin chiste se ha comprometido, todos están felices y Ana no. Se pregunta ¿cómo le hacen? ¿por qué todos son felices menos ella? ¿qué hay que hacer para conseguir novio y posteriormente esposo?

Resulta que Ana se inscribe en un curso para mujeres cuya maestra, Lucila, (Gabriela de la Garza, Capadocia, 2010) les dará el paso a paso para tener esposo. En esta clase veremos a un grupo de mujeres sumamente diferentes entre sí que por sus características muy propias no logran retener a un hombre y siguen siendo solteras: Ilse (Irán Castillo, La Segunda Noche, 2001), Sandra (Sophie Alexander-Katz, XY, 2009), Lola (Flor Eduarda Gurrola, Soy Tu Fan, 2010) y Ema (Mariana Cabrera) todas ellas se notan desesperadas, urgidas por conseguir marido.



Desde este momento es notorio hacia dónde va la película: la mujer, y cualquier ser humano, para lograr tener a alguien a su lado, lo primero que debe hacer es aceptarse y amarse a sí misma, de lo contrario estará sumida en un gran bache que no la dejará avanzar en ningún aspecto, si de por sí que las mujeres la tienen difícil en el mundo machista, peor si no se valora.



Y se antoja divertida, amena la película, porque quieres ver las travesías de este grupo de mujeres que van formando una linda amistad, resultaría aleccionador ver lo aprendido por todas ellas, pero no, no sucede nada de eso, también habría resultado interesante ver la vida privada de la maestra, que en algún diálogo por ahí lo dejan entre ver, porque sus motivaciones es lo que ha hecho que imparta este taller y por la cual es enérgica e influyente en sus pupilas, pero tampoco pasa. Lo único que vemos es el andar de Ana por la vida y algunos diálogos que entabla con sus compañeras de clase. Entonces ¿para qué invitar a actrices de peso por su popularidad y trayectoria como Sophie, Irán, Gabriela sino las van a aprovechar? daba lo mismo tanto ellas, como sus personajes. Si le hubieran dado peso a cada una de ellas, la película habría estado completa, entrañable e inolvidable.



Cassandra está espléndida como siempre, en su papel de una chava que se siente solterona, que se siente quedada, que se siente que va en la vida sin un objetivo específico ni como profesionista, ni como mujer ni como nada. Su expresión corporal lo dice todo, encorvada, ojerosa, desganada, como que le da igual estar viva o no. Todo lo que vive por conseguir hombre es divertido, todos los hombres, “las metidas de pata” que comete, la envidia que le tiene a su hermana,  y el romance que inicia, todo es ameno, entretenido, pero toda la película se desarrolla centrándose en ella. Insisto, entonces debió haberse llamado en singular: Soltera.



Lo que me agrada es en general toda la película, porque al menos mantienes una sonrisa en todo lo que dura la historia, y si eres mujer, apuesto que morirás de risa porque te vas a identificar, seguramente algo de lo que cuentan ya te pasó o te está pasando. Si tienen oportunidad de verla, la van a pasar bien.



Y hay algo que se me vino a la mente viéndola que ciertamente no tienen que ver con la esencia de este proyecto de cine, pero ya se volvió tendencia en las comedias románticas: ¿Por qué todas estas películas se desarrollan en la clase media alta y alta? Viviendo en departamentos súper amplios de colonias acomodadas, todos con coches, todos profesionistas, todos comiendo en restaurantes, con posibilidad de viajar sin miramientos, en fin, ¿a poco la clase media baja y baja no tienen anécdotas graciosas de romance, de comedia, de risa? ¿los pobres sólo sufren y no se divierten o cómo?




SOLTERAS
Dirige: Luis Javier Henaine
Escriben guión: Luis Javier Henaine y Alejandra Olvera Ávila
Protagonistas: Cassandra Ciangherotti, Juan Pablo Medina, Gabriela de la Garza
Produce: Moonlight Producciones
México, 2019
Comedia, en español
95 min