miércoles, 30 de enero de 2019

MIRREYES VS GODÍNEZ



El choque de clanes urbanos siempre va a ser materia indiscutible para escribir comedias para cine y televisión, ahí tenemos The Big Bang Theory, un grupo de científicos adultos contemporáneos que se enfrentan a un mundo fuera de su burbuja cuando tienen como nueva vecina a una rubia atractiva, joven, sensual, la típica que gusta de diversión, espectáculos, con un nivel académico no muy avanzado. Otro ejemplo, el grupo de señores que creen poder divertirse como cuando era adolescentes, al ver que todos sus hijos están ensimismados en sus gadgets, esa confrontación hace de “Son Como Niños” sea algo irreverente y cómico.



En México se les ha renombrado a grupos que ya existían desde hace décadas, pero que han proliferado sus ventanas gracias sobre todo a las redes sociales y los famosos memes que hacen más notorias las características que los dotan; actualmente se les dice “ninis” a todos los jóvenes que ya están en edad productiva pero que NI estudian NI trabajan, viven bajo la manutención de los padres u otros apoyos, sin importar nivel de estudio ni socio económicos. Dentro de estos “ninis” hay un subgrupo que se les llama “mirreyes” este vocablo viene de la fusión “Luis Miguel” niño artista que derrochó su dinero en fiestas, mujeres, bebidas, y la frase “mi rey” muletilla usada por los muchachos ricos para referirse a sus amigos, compañeros, vecinos, empleados, quien sea, de hecho, para darle una instrucción o una adulación. Los “Godínez”, curiosamente desde hace muchas décadas, en los programas de comedia, cuando se hacía alusión a un oficinista en cualquier sketch, el jefe se refería a él por su apellido: Godínez, curioso porque todos esos personajes se apellidaban así, hoy, se les dice “Godínez” a todas las personas que trabajan en oficinas, con un horario estricto, de vestimenta formal, que lleva su propia comida a su trabajo, y organiza cualquier actividad extra entre sus compañeros ya sea para convivir o para tener ingresos extras, como las famosas tandas; el apellido ha cobrado tanta fuerza en los últimos tiempos que ha pasado a ser no un nombre propio, sino un adjetivo calificativo, es por ello que hasta se puede referir en un supuesto singular que no existía en nuestro lenguaje: “soy un godín, él es un godín”.


Ahora imagínense confrontar al grupo de adultos ricos, “mirreyes” hijos de los dueños de una empresa contra los empleados que llevan una larga trayectoria de esfuerzo, trabajo y ventas por catálogo. Nos podemos imaginar muchas anécdotas chuscas si ponemos a competir a ambas tribus, Mirreyes Contra Godínez. La película es entretenida, ríes mucho, logra su cometido, pero tiene muchas fallas.



Les explico primero un poco sobre la trama: Genaro (Daniel Tovar) es apreciado y valorado por su jefe y dueño de la fábrica de zapatos, Don Francisco (Hernán Mendoza), ha sido ascendido como gerente, pero el señor fallece, y por ciertas situaciones está en riesgo la empresa, Santi (Pablo Lyle) hijo bueno para nada del dueño junto con sus amigos “mirreyes” debe probar que puede salvarla, para ello entrara en competencia y rivalidad con Genaro y sus “Godínez” compañeros.



La película dirigida por Chava Cartas contiene muchas situaciones que hacen reír mucho, son graciosas porque son verdad y sí sucede dentro de las oficinas y sus empleados. Pero la cinta contiene un gran problema: falta de presupuesto, se nota que es una película barata en el sentido que la misma falta de dinero hizo que no concretaran escenas, chistes, diálogos, explotar más las locaciones, para tener escenas enriquecedoras, es notorio que por falta de dinero afectó el guión y tuvieron que llevarlo por un atajo y llegar más rápido al desenlace haciendo que la rivalidad entre mirreyes y godinez pasara a segundo plano, y si así era originalmente el guión entonces tiene muchas fallas o nos vendieron una cinta distinta a la que está en la pantalla. Es más, ni suficiente dinero para hacer un tráiler atractivo pudieron hacer.



Es una cinta que, si pagan por verla, sí reirán y sí se olvidarán un poco del caos de la vida diaria, pero aún así, la mejor película es la que vivimos día a día dentro de nuestras oficinas.

TRÁILER:

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MIRREYES VS GODÍNEZ
Director: Chava Cartas
Escribe: María Hinojosa
Protagonistas: Daniel Tovar, Pablo Lyle, Christian Vázquez, Regina Blandón
Produce: Draco Films
México, 2019
En español, 109 min.



martes, 11 de septiembre de 2018

TIEMPOS COMPARTIDOS


Érase una vez un señor llamado Pedro (Luis Gerardo Méndez), agotado después de un año laboral, lleva a su familia, a su esposa Eva (Casandra Ciangherotti) e hijo a disfrutar de una semana en un hotel de gran turismo, una villa que Pedro consiguió con un poco de suerte y un poco de dificultad, ya que fue a través de alguna promoción, lo consiguió a buen precio, y él se merece estar ahí.



Y precisamente cuando estaba dispuesto a disfrutar de lo que serían las vacaciones de su vida, el hotel cometió “un error” en el cual asignó esa misma villa a otra familia, trata de arreglarlo en conjunto con Abel (Andrés Almeida) el jefe de la otra familia y las autoridades del hotel, pero hay arreglos raros, velados y nada claros que obligan a Pedro aceptar el compartir la habitación con la familia de Abel. Es pues que las vacaciones placenteras y soñadas terminaron antes de iniciar. Aquí inicia la historia.

Suena a un planteamiento interesante e intrigante, porque a lo largo de la trama, Pedro se tendrá que confrontar contra el autoritarismo representado por el Hotel, quienes manipulan mentes, amedrentan y convencen de manera sutil a todos sus empleados y huéspedes para que hagan lo que se les ordene y a conveniencia del hotel. Es así como Pedro se aterra al verse atrapado de una red de lavado de cerebros, a tal grado que pareciera que quieren destruir a su familia, quitarle a su esposa e hijo.



Insisto, suena interesante, intrigante, se antoja querer saber el final de la historia. Pero está muy mal narrada. Toda la película esta sumamente oscura, una fotografía ilógica, puedo entender que esos tonos grises, ocres, verdosos y oscuros se debe a que quieren reforzar la crisis emocional de Pedro, la sensación de asfixia, de prisión que experimenta el protagonista, pero considero que abusan de este recurso, porque también contribuyen a que el espectador se aletargue en lugar de mantener la atención en la cinta.

La historia está tan mal planteada que se cumplen los 60 minutos de la película y no se ve para nada hacia dónde va, cuál es el punto, de qué trata, o qué nos están tratando de contar, no se está tratando de nada. Es como si Sebastián Hoffman, su director, haya decidido tomarse por alto el guión, y rodar de manera orgánica, es decir, saben de qué trata la película, pero sin apegarse a guiones, escenas y movimientos, filmaron a ver hasta dónde llegaban. El resultado es que no se entiende la actitud de los empleados del hotel, la actitud de Abel, cuál es la importancia de los personajes de Andrés (Miguel Rodarte) y Gloria (Montserrat Marañón), ¿fueron víctimas de sus empleadores? ¿si sufren tanto estar ahí por qué no se van? ¿Por qué no huye Andrés y deja a Gloria? ¿Cómo afecta la vida de Andrés en la de Pedro? Nada de esto se esclarece, ni se resuelve ni se toman el tiempo de desarrollar estos temas.



Por un momento me parece que estoy viendo el “Ángel Exterminador” de Luis Buñuel (1962) porque dentro de la trama, un grupo de aristócratas, después de una reunión en casa de uno de los matrimonios asistentes, ya no pudo salir, todos quedaron atrapados, no sólo de la mansión, sino del salón en donde se encontraban, atrapado de manera extraña, misteriosa y tal vez hasta absurda, porque el salón no tenia puertas y la casa estaba abierta ¿entonces por qué no se iban, peor cuando empezaron a atacarse unos a otros, a sufrir y padecer los días que quedaron ahí? Al menos aquí, sí hay un punto medular, sí hay un objetivo claro, hay una línea argumental puesta en la mesa y vas comprendiendo a cada personaje, y al final te dan ganas de discutir la razón por la cual actuaron de tal forma o por qué no se podían ir.



En Tiempos Compartidos no sucede esto, no provoca nada, no pasa nada, no va para ningún lado la vida de Pedro. Es más, cuando parecen los créditos finales todo el público nos quedamos con la sensación de que nos han tomado el pelo, nos robaron con el costo del boleto; nos deja una sensación de vacío, y no por la tragedia vivida por el protagonista, sino porque pareciera como si nos hubiéramos sentado frente a una pantalla apagada durante una hora y media, como si solo hubiéramos contemplado la oscuridad de la sala y que jamás echaron a andar la película. Es más, creo que fuimos víctimas semejantes a Pedro, si no nos estaba gustando la película si la estábamos padeciendo entones ¿por qué no nos salimos y listo? En lo personal por ser alguien riguroso, periodístico, crítico y de economía, porque el boleto del no es nada barato como para salirme, y si debía hacer una buena reseña debía estar hasta el final para tener bases y argumentos.

Pero no todo es oscuridad en este trabajo cinematográfico, un punto a favor, por más increíble que suene es la actuación de Luis Gerardo Méndez, que por fin, soltó a “Javi Noble” y si le crees que está agobiado, que es un padre de familia, que se siente harto de la vida, que no se conforma, que se defiende, que a todo le pone un pero que no puedes comprender por qué tiene una esposa tan dulce y amorosa, que en realidad así existen muchos matrimonios, que el hastío de Pedro lo proyecta y plasma en Eva, a tal grado que ella se ve como una mujer triste, vencida y hasta en cierto punto sumisa, maleable, manipulable. Bien por Luis Gerardo, mal por la película.



Tiempos Compartidos, es una cinta aburrida, extraña, pero de esas rarezas que agradeces ver porque aprendes o te compenetras, pero esta una rareza que no sirve de nada, hasta dan ganas de tirarla a la basura, decirle a quienes invirtieron que me den oportunidad de rehacerla. No entiendo cómo es que ganó mejor guión en el festival de cine de Sundance, y tampoco entiendo como es que hay personas que la alaban, enalteciendo valores que por más que estoy dispuesto a apreciar nada más no veo. Se lo juro que pensé por un momento que creí que iban a salir con la babosada de que los empleados o gerentes del hotel eran extraterrestres que lavaban cerebros, al ver las escenas de Tom, un orador perteneciente al hotel para dar conferencias a los huéspedes y a los empleados, interpretado por RJ Mitte, mismo que le hizo de Walter White Jr. En Breaking Bad. Así de fea está la película.



TIEMPOS COMPARTIDOS
Dirige: Sebastián Hoffman
Guión: Julio Chavezmontes, Sebastián Hoffman
Protagonizan: Luis Gerardo Méndez, Casandra Ciangherotti
Produce: Circle Films, Piano
México, Holanda
En español e inglés
96 min
2018