Por Abel
Olivares R
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Al Cine Con Dolly Freim
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@abel_oratap
Inicia
la película, vemos a la doctora Bárbara, encarnado por la actriz Regina
Blandón, está en un auditorio, ante un público femenino, conminando a no comer, o mejor dicho
regañando a las presentes por ser gordas, porque el azúcar es malo, es dañino,
culpable de su obesidad, además del sedentarismo. Me sonaba que Dulce Familia sería una historia “regañona”
de esas que, en vez de divertir al respetable, la pondría contra la pared
diciéndonos que estamos mal. ¡Oh no! ¡Aquí hay un problema! Una película nunca
debe ser moralina o regañona.
Afortunadamente
no es así, pese a que hay muchas pedradas (que definitivamente te descalabrarían) sobre los hábitos de cada uno nosotros, lo plasman desde dos perspectivas: por un lado, la gente que no se preocupan de su sobre peso; por el otro, los que exageran al
cuidar el peso ideal. Es una película que provoca muchísimas risas, carcajadas,
o al menos en la función a la que asistí. Hay un dicho que dice “es gracioso porque
es verdad”, la cual se aplica al pie de la letra con Dulce Familia porque de entre toda la problemática de la obesidad
en nuestro país, eligieron los aspectos más generales, los recrearon y
muchísima gente se ve reflejada con cada uno de los personajes.
¿De qué
trata? Nicolás López, director y escritor de la película, nos ofrece la
historia de una familia conformada solamente por mujeres, Verónica (Florinda Meza),
sus tres hijas: Ale (Paz Bascuñán), Bárbara (Regina Blandón), Tamy (Fernanda Castillo) y la nieta, Juana (Vanessa Díaz). Verónica, una diva de la actuación
que no soporta que sus glorias se vean opacadas por las nuevas generaciones,
por ello es que tiene una fijación con su propio físico; Ale, la clásica madre sobre
protectora son su hija Juana, o mejor dicho, es casi una dictadora con ella ya
que fallidamente quiere imponerle alimentación vegana ya que Juana tiene sobre peso y como cualquier adolescente, harta de su madre, los mecanismos de defensa que utiliza en contra de su progenitora son
los argumentos de las feministas radicales, que seguramente ni ella misma entiende; Barbie es la nutrióloga de la
familia y orgullo de Verónica, ya que es una mujer de éxito, su clínica y métodos
siguen floreciendo, goza de una aparente buena salud que se ve reflejada en su
físico atractivo, elegante y con porte; Tamy, repostera, ama todo lo dulce, su
vida es así, muy azucarada en todos los aspectos, es dueña de una pastelería; sus pasteles y cupcakes son la delicia de la gente, ella está a punto de
casarse y su sueño es portar el vestido de novia de su madre, pero como le
queda chico, o mejor dicho ella no tiene el peso ni la complexión ideal para
entrar en esa prenda, decide hacer todo lo posible para bajar de peso en unos cuantos días. Aquí
inicia la película.
Y todas
estas historias individuales se van enredando poco a poco, la vida de una mujer
afecta a la otra, las decisiones de una afecta a la otra, y así sucesivamente
hasta formar una historia divertida, provocadora de risas y evocadora de
nuestras propias familias. Un gran acierto y una excelente actuación en el
regreso de Florinda Meza a la escena, en el cine concretamente.
Sin “spoiler”,
al final, aunque los personajes terminan conformes con lo que les acontece,
tampoco es un “vivieron felices para siempre”, más bien es un “aquí no termina,
la vida sigue, al menos ya dimos el primer paso para lograr finiquitar nuestros
problemas”. Con esto no quiero decir que es un final abierto para una segunda
parte, sino más bien que la vida es así, y ya, aprendiendo de los errores, propensos
a continuar de la misma manera o corregir.
DULCE FAMILIA
Dirige:
Nicolás López
Escriben:
Guillermo Amoedo, Coca Gómez, Nicolás López
Protagonizan:
Florinda Meza, Fernanda Castillo, Paz Bascuñán
Produce:
Bh5, Tiki Pictures
México,
Colombia, Chile
En español,
2019
Comedia
101
min